Buen, si, lo se…me re colgue con todo esto, jaj.
Aun me quedan algunos viajes por contar, asi que vamos a proseguir cronologicamente, como corresponde.
Como venia narrando en el post anterior, he visitado Nara, lugar que me cautivo totalmente por la belleza cultural y la armonia con la naturaleza que posee. Hoy les voy a estar contando un poco lo que fueron mis dias en Kyoto.
Como casi todos los dias, a eso de las 8 de la mañana ya me encontraba listo para dirigirme a la antigua capital de Japon, Kyoto. Bien al estilo japones, en el hotel de los amigos de mi mama me recibieron con un abundante desayuno.
Ya con la panza llena, y el recorrido mas o menos armado, me subi al tren que en 40 mins, me dejaria en la estacion de Kyoto. Mi primera impresion fue de desconcierto. La estacion de Retiro un poroto. Gente yendo y viniendo, subiendo y bajando escaleras, andenes por todos lados, restaurantes, negocios, tiendas de «okashi» (dulces/masitas) , etcetc. Todo un mundo. Ah, hablando de las tiendas de okashi, tengo que decir que en Japon es una costumbre bien tradicional el hecho de traer a compañeros de trabajo o amigos siempre que se va de viaje. Como en toda cultura, imagino, el okashi en si no es lo importante sino el gesto.
Asi que buen, alli estaba. Como en todos los lugares importantes en Japon, habia una oficina de turismo donde me asesoraron comprar un pase diario para colectivos. Eso es un detalle particular de Kyoto. La ciudad esta diseñada para ser recorrida en colectivo y no tanto en subte o metro. Debe ser por la antiguedad de la misma, se me ocurre ahora. Eso si, el dia que vayan a Kyoto vayan con tiempo, porque las cosas quedan un poco lejos entre si y la movilidad no es tan eficiente como lo es en otras ciudades.
El recorrido de mi primer dia en Kyoto fue la siguiente:
-Kinkakuji
El Kinkakuji, tla como lo indica su nombre, es un templo revestido en Oro, unico por aquella caracteristica. Asi como tantos otros templos y puntos turisticos de Japon, es considerado como patrimoño de la humanidad por la UNESCO. Dentro del mismo parque, tambien existen distintos tipos de templos con unos paisajes increibles.
Algo que me causo mucha curiosidad, fue la cantidad de lugares donde uno puede «pedir deseos» o lo que fuera. Mis ojos lo unico que veian era la cantidad de gente tirando plata, y como si no habria nadie me lanzaria a llenar mi monedero, jajajaj. En fin, una curiosidad nada mas.
-Arashiyama
Este lugar es una especie de parque gigante, en donde en cierto punto, luego de caminar un poco llegas a un bosque de bamboo. La verdad es que no se la historia ni nada, solo que estaba barbaro. Super lindo y con un ambiente muy espiritual.
Al llegar la noche, me junte con un amigo australiano y el hermano que estaba de visita en Japon, asi como con un chico Japones que conoci en Argentina y vive actualmente en Kyoto. Nos llevo a cenar y, finalmente fuimos para un bar a tomar unas cervecitas como para culminar la noche de la forma correcta.